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jueves, 12 de marzo de 2009

MURCIA 7-8 /03 /2009

La primavera ya asoma por el horizonte, pero nosotros no podemos esperar mas y acudimos a su encuentro, nos vamos donde vive el sol. El viaje lo hago con Germán, no me da un ruido, después de parar a tomar algo -unos zarajos cojonudos- le pongo música y se queda frito un buen rato, se espabila lo justo para guiarme hasta la casa, no sin perderme por las calles de Alhama. Nos reunimos en Gebas, una pequeña población en las estribaciones de Sierra Espuña, somos una docena de Biciglotones ocupando una finca con tres rústicas casas perfectamente acondicionadas. En otros alojamientos hay otros tantos excursionistas.

Sábado 7-3-2009 . Mazarrón-Castillitos
Después de varias peripecias conseguimos aparcar cerca de la Azohia. Somos ocho bikers -el resto se ha desplazado a Águilas- los que empezamos a rodar relajados por la playa y el paseo marítimo en medio de una atmósfera de diversión. Pedalear junto al mar es una experiencia gratificante, de júbilo infantil, no puedo dejar de recordar Verano Azul, y silbaría la canción si supiera hacerlo, como no sé solo sonrío feliz.
Hay un dicho " que poco dura la alegría en casa del pobre " que viene que ni pintado cuando veo la larga y pedregosa rampa que tenemos que subir, un par de compis ya han echado pie a tierra y yo no tardo en imitarles, el resto son unos auténticos machacas y suben del tirón.
Cuando remontamos el primer colladito se nos muestra un paisaje deslumbrante, el acantilado rodea la amplia bahía que da entrada a Cartagena, un mar en calma acoge varios navíos y transmite una sensación de placentera quietud.
Descendemos por una pista pedregosa que zigzaguea por las barranqueras, por un terreno que puede parecer un áspero secarral, pero en la distancia corta es un torrente de sensaciones, el color turquesa del mar, las amarillas genistas, el cárdeno del cantueso, fragancias de romero y tomillo, la amplitud del horizonte.
No podemos escaparnos de la necesidad de hacer fotografías, intentando vanamente atrapar este espacio casi mágico, así que tardamos en volver a remontar la pendiente por una renovada pista que nos deja junto a las remozadas construcciones de una antigua batería de cañones que corona el cabo Tiñoso.
El grupo se parte por la mitad, unos quieren mas y continúan pedaleando por ramblas y collados, otros nos damos por satisfechos y rodamos tranquilos para descender nuevamente hasta el punto de partida, completando una muy gratificante excursión.







































Domingo 8-3-2009 Sierra Espuña
Benito , nuestro guía y compañero, se ha puesto serio con la hora de salida y ocurre algo insólito a las 9,15 estamos todos junto al Centro de Interpretación de Fuente del Hilo, esto será un hito en la historia del grupo y no descarto que sirva como ejemplo para futuras generaciones. Estamos todos tan asombrados que nos recreamos montando y repasando las bicis, con lo que todavía tardamos un buen rato en ponernos en marcha.
Un largo ascenso por una cómoda pista a la sombra del pinar y cada cual va buscando acomodo en el grupeto que parece mas afín a su ritmo. Yo me quedo en medio, perezoso y distendido, disfrutando del paisaje. Hago unas cuantas fotos y decido ponerme un poco de ritmo. Pablo baja buscando voluntarios para ruta larga a la que me enrolo, reuniéndonos en Collado Bermejo diez bikers.
Un corto refrigerio y nuevamente en camino, la pista sigue ascendiendo mientras va girando hacia el norte, rodeando toda la sierra y mostrando unas esplendidas vistas de toda la zona, desde los campos de plástico hasta las nevadas cumbres de la Sagra. Los últimos kms son mas sufridos, el terreno pedregoso exige bastante esfuerzo y tengo que echar pie a tierra de cuando en cuando. Tras 20 km de dura ascensión estamos a 1500 mts de altitud, cerca de la cumbre del Pico Espuña, que se adorna con un grupo de radares.
Los primeros tramos del descenso son agradables aunque rápidos, pasamos junto a restaurados pozos de nieve rodando por una amplia pista y un tramo de asfalto. Después un tremendo descenso trialero, las 2000 curvas lo llaman, rápidos zigzag exigentes en técnica y atrevimiento nos hacen perder altura rápidamente, yo por supuesto he bajado los trechos mas arriesgados a pata preguntándome como es posible que estos zumbados bajen por aquí como si nada.
Desembocamos en la carretera que asciende nuevamente hacia Collado Bermejo y subimos un par de kms . De nuevo el grupo se divide, los machacas quieren mas y se desvían para bajar por una supertrialera, los machacados decimos basta y nos dejamos caer por una entretenida pista que surca el barranco del rió Espuña y nos lleva como una exhalación hasta el inicio y fin de la ruta.













































Una buena comilona marca el fin de la escapada, ha sido corto pero intenso.

Mis mejores agradecimientos para nuestro compadre Benito, que nos ha guiado, organizado y aguantado con paciencia. Gracias a él ha salido todo muy BONICO.