Saliamos con intención de hacer un paseo en plan tranqui, no muchos kilometros, alguna subida y buenas vistas desde Abantos. Ha sido un palizón, a ratos infernal.
Empezamos saltando vallas y mas vallas para sortear los encharcamientos y el barro que ocupan la via pecuaria, encerrada entre vallas y apoderada por las hierbas por la falta de uso. Al final nos colamos por una finca privada, no nos vé nadie y los perros estan encerrados (menos mal) pero de saltar una valla tremebunda no nos libramos.
Empezamos saltando vallas y mas vallas para sortear los encharcamientos y el barro que ocupan la via pecuaria, encerrada entre vallas y apoderada por las hierbas por la falta de uso. Al final nos colamos por una finca privada, no nos vé nadie y los perros estan encerrados (menos mal) pero de saltar una valla tremebunda no nos libramos.
Por fin empezamos el ascenso hacia el embalse de la Jarosa, algo durillo y un poco molesto por la tierra suelta que hace patinar la rueda en los tramos mas empinados. Desde el embalse, lleno hasta el borde de un agua transparente, unos kilometros de asfalto y el camino que sube hacia el Puerto de Los Leones. Un desvío nos lleva hacia Cabeza Lijar, y empezamos a tener que bajarnos de la bici, piedras, agua, y mucha pendiente, de bajada estaría bien pero subir resulta imposible.
El desastre empieza en el Collado de la Mina : Gr-10. Parece que hay mucha gente que recorre esta ruta. A mi me parece inexplicable, es imposible ir encima de la bici mas que en algun tramo no muy largo, una gota en la inmensidad del mar de piedras, pedruscos y rocas que ocupan todo el trazado.
El desastre empieza en el Collado de la Mina : Gr-10. Parece que hay mucha gente que recorre esta ruta. A mi me parece inexplicable, es imposible ir encima de la bici mas que en algun tramo no muy largo, una gota en la inmensidad del mar de piedras, pedruscos y rocas que ocupan todo el trazado.
Las vistas son increibles, pero nos arrastramos con desesperación hasta el Monte Abantos, donde al fin se acaba el sufrimiento.Mas de dos horas de infierno empujando y cargando con la bici en la mayor parte del recorrido. A mi por aqui que no me busquen.
Ya solo nos queda dejarnos caer, esta vez por el asfalto, hasta el coche y las cervecitas reparadoras. Bar El Alamo, en El Escorial, absolutamente recomendable.
Ya solo nos queda dejarnos caer, esta vez por el asfalto, hasta el coche y las cervecitas reparadoras. Bar El Alamo, en El Escorial, absolutamente recomendable.
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